Las
dislalias son alteraciones del habla, caracterizada por omisiones,
sustituciones o distorsiones de sonidos dentro de las palabras. Es
decir, que al pronunciar una palabra, el niño, o bien no dice un sonido,
o lo sustituye por otro, o emite un sonido que no se corresponde
exactamente al deseado. Debemos sospechar que existe cuando a partir de
los cuatro años el niño presenta problemas de pronunciación.
Son
muchos los factores a considerar a la hora de definir una causa para la
dislalia de un niño, y es de gran importancia conocer la causa ya que
según su origen será el tratamiento posterior dirigido específicamente a
lo que la produce. Las causas que las producen suelen ser de diversa
índole: un retraso fonológico (en el caso de que el retraso sea del
desarrollo del habla), un trastorno fonético ( se da cuando el niño no
adquirió de una forma correcta los patrones de movimiento que son
necesarios para la producción de algunos sonidos del habla, lo que
quiere decir que el niño no mueve los músculos que se encargan del habla
como debiera), y alteraciones físicas (malformaciones que le impiden
pronunciar determinados sonidos).
Una de las dislalias más comunes es el llamado Rotacismo que consiste en la dificultad que presentan algunos niños para pronunciar la letra R. Esta letra es una de las más difíciles de pronunciar por lo que es una de las últimas en dominar por parte de los pequeños. Pero si llegados los cinco años el niño no consigue pronunciarla bien (al igual que puede pasarle con otros fonemas), es necesaria la ayuda de un especialista (logopeda). El o ella diagnosticará la causa del problema (puede ser por un problema físico, por una cuestión de mala articulación a la hora de pronunciar las letras, o incluso puede ser por imitar un modelo incorrecto).
Sea como sea, el hecho es que cuando tenemos un niño con un problema de rotacismo podemos realizar algunos ejercicios y actividades para intentar mejorarlo e incluso, lograr que desaparezca y los pequeños lleguen a pronunciar la R de manera correcta.
Una de las dislalias más comunes es el llamado Rotacismo que consiste en la dificultad que presentan algunos niños para pronunciar la letra R. Esta letra es una de las más difíciles de pronunciar por lo que es una de las últimas en dominar por parte de los pequeños. Pero si llegados los cinco años el niño no consigue pronunciarla bien (al igual que puede pasarle con otros fonemas), es necesaria la ayuda de un especialista (logopeda). El o ella diagnosticará la causa del problema (puede ser por un problema físico, por una cuestión de mala articulación a la hora de pronunciar las letras, o incluso puede ser por imitar un modelo incorrecto).
Sea como sea, el hecho es que cuando tenemos un niño con un problema de rotacismo podemos realizar algunos ejercicios y actividades para intentar mejorarlo e incluso, lograr que desaparezca y los pequeños lleguen a pronunciar la R de manera correcta.
Algunos de los ejercicios que podemos proponer a los niños para que puedan mejorar la pronunciación de la R son los siguientes:
- Sacar la lengua y volverla a introducirla en la boca.
- Mover la lengua arriba y abajo; y de derecha a izquierda.
- Estrechar la lengua entre los labios y posteriormente poner la lengua ancha.
- Relamer los labios con la lengua, y también los dientes inferiores y superiores, tanto por delante como por detrás.
- Conducir la punta de la lengua a las muelas superiores (ambos lados) y luego a las inferiores.
- Hinchar las mejillas con la lengua.
- Tratar de tocar a campanilla con la punta de la lengua.
- Adicionalmente, diremos a los niños que respiren profundamente, inspirando el aire por la nariz y sacándolo lentamente mientras se pronuncia “rrrrrrrr”. También ejerciten con la imitación de palabras y sonidos que contengan la r, una buena forma es tararear con la r.
- Sacar la lengua y volverla a introducirla en la boca.
- Mover la lengua arriba y abajo; y de derecha a izquierda.
- Estrechar la lengua entre los labios y posteriormente poner la lengua ancha.
- Relamer los labios con la lengua, y también los dientes inferiores y superiores, tanto por delante como por detrás.
- Conducir la punta de la lengua a las muelas superiores (ambos lados) y luego a las inferiores.
- Hinchar las mejillas con la lengua.
- Tratar de tocar a campanilla con la punta de la lengua.
- Adicionalmente, diremos a los niños que respiren profundamente, inspirando el aire por la nariz y sacándolo lentamente mientras se pronuncia “rrrrrrrr”. También ejerciten con la imitación de palabras y sonidos que contengan la r, una buena forma es tararear con la r.
Para
la R doble (fonema rr), hemos de pedirles a los niños que pronuncien
una R , mientras nosotros presionaremos un poco sus mejillas de manera
que los labios vayan hacia adelante mientras aguanta el sonido, logrando
con ese gesto que la R se convierta en una R doble.
FUENTE: http://actividadesinfantil.com
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